Enrique y Andrea
Junto con nuestras familias tenemos el placer de invitaros
a nuestro enlace matrimonial que tendrá lugar
el día 20 de Mayo, a las 6 de la tarde,
en la Ex-colegiata Santa María La Mayor
Después lo celebraremos todos juntos
en el Restaurante El Embalse, a las 21´30 horas.
Se ruega confirmación
Tel. 976 63 98 52 – 976 63 95 13 Caspe, 2002
¡¡¡¡OTRA MÁS!!!! Creo que es la quinta de este año…ya he perdido la cuenta. De hecho, nunca la he llevado. Los años desfilan por delante de mí y antes de que me haya dado cuenta la esbelta modelo portadora de ese convencionalismo llamado año ya ha dado su coqueto giro al final de la pasarela y ha desaparecido fugazmente sin ni siquiera haber podido disfrutar del gris vestido que, como buen sastre, nos habíamos empeñado en diseñar en vívidos colores. ¡Cuántas buenas ideas se van al limbo por falta de material!
Me es poco menos que imposible discernir entre los acontecimientos del ejercicio anterior y los de éste. Nunca, nunca se cumplen las expectativas creadas, siempre llegas un poco pronto o demasiado tarde. ¿Por qué será tan difícil elegir la opción correcta? Por cierto, ¿existe alguna opción correcta? Somos tan soberbios que creemos que podemos escoger una “opción correcta”…pero tarde o temprano acabaremos arrepintiéndonos y algo ocurrirá que nos hará cambiar de opinión y aquello que estaba tan cerca de su imagen platónica de perfección caerá en picado al ruidoso reino de las ideas mundanas al que siempre había pertenecido, por mucho que nuestro laberinto de circunvoluciones se obcecara en mantener en las alturas, rodeada de nuestros dioses, pero, por supuesto, también de nubes: cirros, cúmulos, estratos, nimbos…¿Qué importa que aquel viejo profesor de mis primeros años en las “escuelas”, Don Jesús creo recordar (siempre “creo”…¿cuándo perdí la seguridad?, ¿alguna vez la tuve?), consiguiera meter todos esos términos en mi obstinada cabezota? Todas, todas sin excepción estaban allí previamente para no dejarme ver más allá, non plus ultra, nublando mi visión de la vida (¡¡¡aún más de lo que es de por sí!!!), aunque también a veces, contadas veces para ser sincero, ayudaran a Eolo a refrescar mi mente, insuflando esa fresca brisa que disipa la densa bruma matutina. Más fuerte, Más Fuerte, MÁS FUERTE, ¡¡¡MÁS FUERTE!!!…¡Qué alguien pare ese vendaval! ¿Por qué jamás he sabido situarme en el punto medio? Ya he vuelto a desatar los furibundos vientos de esa particular Caja de Pandora que mi rala cabellera esconde. Otra vez han comenzado su denodada lucha por el control estratégico de estos 65 kilos que obedecen renuentemente las órdenes de ese marcial centro de mando. El dócil y taimado céfiro, el díscolo y revoltoso mistral, el ruidoso y turbador harmatán, la femenina tentación tramontana…El fragor de la batalla aumenta por momentos, su estruendo crece, el clamor se vuelve ensordecedor, todos quieren imponer su fuerza, su propia dirección, su sentido, su inherente sinsentido…pero siempre, irremediablemente, cual Marte victorioso, aparece él, ¿quién si no?. Él nos ha acogido desde niños en su seno, nos ha curtido, fiel a su visita más que periódica nos conoce mejor que nadie…ese viento, ese cierzo. Siempre viniendo “de visley”. Unas veces enrabietado como el perro azuzado por el cazador, otras huidizo y esquivo como el jabalí que se cuela entre los batidores, pero siempre
alejándose de la frialdad norteña para intentar aproximarse a esas tierras más cálidas donde reina su gran enemigo el bochorno, que a fin de cuentas no es tal, si no, simplemente, su fuerza complementaria, su “yan”, su amor perdido que nunca podrá recuperar por más que lo intente, su fuerza vital, su propia muerte…
Esa corriente que orea la habitación pero a su vez revuelve a su paso todo lo que parecía estar ordenado, dándote cuenta que realmente dicho orden era algo temporal, algo que tú habías impuesto y que tendría que volver a su caos original más temprano o más temprano aún. Ese cierzo que, por suerte o por desgracia, remueve todo el óxido de los muebles de mi cabeza. Capaz, incluso, de arrancar la cetrina pátina que cubre la poca superficie inoxidable. Ese viento que nos hemos apropiado los que pertenecemos a una extraña raza en peligro de extinción(*): los inconformistas. Miento, de éstos hay muchos. Los inconformistas no ambiciosos. Ahora pensarás que sigo mintiendo, o qué presuntuoso por mi parte incluirme dentro de esta subespecie sociológica. Quizá, pero en sí ya es un paso. De pequeños pasos está hecha la vida de un hombre(**). ¡Lástima que cuando nos decidimos a dar uno ya llevamos una desventaja de al menos tres hacia detrás!
*Nota del autor: Bueno, la verdad es que ahora está de moda querer ser diferente, querer ser raro, extraño, salirse de la corriente, o ir en contra de ella, es decir, ser un salmón…y la verdad es que muchos lo consiguen, quiero decir, acercarse al reino piscícola con diversas variantes: besugo, merluzo, bacalao…¡Todo un éxito! Desde luego, el pescado ya no es lo que era. (Perdón por el ex abrupto literario, pero si no lo suelto reviento).
** Nueva nota del autor: Salvo el de Armstrong, por supuesto no por su importancia sino por su longitud en sí. (Perdóneseme de nuevo) (Prometo que no lo haré más)
Pues sí, lo siento, pero me considero un incorformista, y no ambicioso para más INRI. (¡vaya comentario macabro!…teniendo en cuenta mis intenciones). ¿De que sirve? De poco. O incluso peor, sirve para conseguir la infelicidad, o, cuando menos, para no alcanzar nunca el nivel de felicidad medio del resto de los mortales.
¡Qué fácil sería dejarse llevar! ¿Pensar? ¿Para qué? Cuanto más pienso, más desdichado me siento. Cuanto más estudio, menos sé. La eterna paradoja vital, me he convertido en un triste ser oximorónico. Ejercitar mi masa gris sólo conlleva una mayor desazón interior. ¿Acaso fue por casualidad que el todopoderoso (me niego a escribirlo con mayúscula) concediera esta tonalidad a nuestro órgano pensante? Tenía un espectro de decenas de colores, cientos de matices, miles de tonalidades…y tuvo que escoger el gris metálico, el gris cadena de montaje, el gris chip de ordenador, el gris…Algunos se salvan de esta tonalidad, pero no deja de ser gris, y quizá aún peor, gris lomo de tiburón. Ese gran tiburón en busca de una presa para devorar, no importa quién, lo único trascendente es hincar el diente y absorber toda su energía. Pero no de una forma rápida, como buen verdugo, sino como ese gatito gris que, antes de comerse el inocente e inerme ratoncito también gris, juguetea con él, le hace mil y dos diabluras, lo mata a cosquillas, pero al fin y al cabo lo mata…cruelmente.
¿Color? ¡Qué aburrimiento de cuerpos, de personas, de vidas…! ¡Qué monotonía, qué monocromía! ¡SEXO! Por fin he llamado tu atención, querido y, tal vez, aburrido lector. ¿Otro capricho del creador? Rojo sangre, rojo pasión, rojo cegador… Los únicos atributos que rompen la monotonía corporal: glande, vagina, boca… están totalmente relacionados con nuestro instinto más básico. Nuestros genes (*) no se han olvidado del color del fruto del pecado original, de aquella intensidad carmesí de la manzana primigenia. Nos sigue obsesionando la visión de esa jugosa fruta descarnada, de esa divina ambrosía que llegaba a convertirse en orgiástico plato único de los ancestros helenos de un tal Inri.** Siguen apareciendo más señales, parece que ya no hay marcha atrás en mis intenciones, ¿nadie ha inventado el suicidius interruptus?… de tal forma que lo puedas probar un poco y justo en el momento definitivo, el de la verdad absoluta, te puedas escabullir rociando la habitación con esperma de muerte.
Nos creíamos superdotados, superyoes nietzchianos, disidentes del mundo animal al que siempre habíamos pertenecido. Pensábamos estar por encima del bien y del mal… y sólo hemos conseguido honrar al resto de las especies zoológicas, aumentar su propia autoestima, conseguir el desprecio de nuestros congéneres (por mucho que nos pese).
* Nota del autor: Quizá no sea tan descabellado, como pueda parecer, el Plan Educativo del Estado de Kansas. Tal vez tengamos que olvidarnos de las Teorías Evolucionistas y aceptar las tradicionales, o incluso innovar una Teoría Involucionista. ***
** ¡¿Otra nota?! Quizá INRI significaba Indigente de Nazaret Reprimido Incomprensiblemente. ¿A quién se le ocurre tirar de magdalenas, teniendo el mundo a sus pies? ¿Quizá no era hijo de un Dios sino tan sólo (que no es poco) creador de una secta o socio fundador de la más longeva y lucrativa multinacional?
*** Última nota del autor: Desafortunadamente, las promesas están para romperse.
¡Qué lejana queda aquella primera invitación! Nuestra sorpresa, su emoción, nuestra alegría sincera, su guiño de complicidad… la vida ante ellos. Ese horizonte despejado, límpido, tendente al infinito, sólo enturbiado por los atardeceres bermellones con los que nos obsequia nuestro no siempre diligente anfitrión el cierzo. Esas extensiones agorafóbicas que tanto echamos de menos cuando sufrimos el presidio de las cordilleras.
Monegros, el Ebro, las sierras. Quienes hayáis nacido en esta encrucijada me entenderéis, sobre todo si habéis tenido que recurrir al exilio, forzoso o voluntario. Las verdes estampas europeas no logran llamarte la atención más de una semana. En seguida se echa de menos el ocre oleaje de las marismas de trigo; el parduzco verdor de las montañas espolvoreadas aquí y allá con romero y tomillo; el lento deambular de ese anciano y quejumbroso Ebro que, antaño, correteaba inquieto y juguetón a través de las feraces huertas caspolinas, salpicándolas con gotas de fugaz juventud; esa mujer dormida, orográfica bella durmiente, que desde su privilegiada atalaya nos vigila incesantemente y nos guía siempre de vuelta al hogar cual Torre de Hércules…
Velocidad, vértigo, diabólica espiral que te reintroduce bruscamente en el ojo del huracán cuando ya creías haberte zafado de su fuerza centrípeta. Toda tu vida desfila en escurridizos fotogramas captados por el tele-objetivo de esa narradora omnisciente, apodada Memoria, que le
cambia la perspectiva a todos los acontecimientos. Aunque en el fondo, esa objetividad simplemente consiste en un cambio de papeles: el protagonista pasa a ser mero espectador, no dándose cuenta de cómo era observado por los demás, sino reflejando todos sus temores y vanidades pasados. Por tanto, ¿está este segundo final reflejando de forma fidedigna mi vida? ¿Existe una vida?…¿o tal vez existen tantas vidas como nuestra mente quiera crear? ¿Es simplemente una continua tergiversación hasta que somos capaces de aceptar nuestros errores… o enmascararlos?
¡Toda mi existencia dándole excesivas vueltas a las cosas! Incluso en este fatídico segundo que me tendría que dedicar en exclusividad a repasar mi vida, al menos eso dicen las mentes preclaras que perjuran haber vuelto de “allí”, continúo realizando esa fútil actividad llamada pensar. ¿Por qué no disfrutar de este instante final? Un segundo de vida, de trascendencia, de crueldad, de muerte, de desahogo, de olvido… de cobardía, ¿y qué?, ¿a quién le importa?
Una invitación de boda, sólo era una invitación de boda. Ni más, ni menos. Tan hortera, tan aburrida, tan “desucada” como todas las anteriores. Entonces, ¿por qué ésta, precisamente ésta, ha desencadenado esta sobrecarga neuronal con visos de cortocircuito terminal?
Demasiada falsedad, demasiado conformismo vital. El que no arriesga nunca gana. Nuevo error del sabio refranero español, suma y sigue. Estoy rodeado de gente que no arriesga y están ganando… vidas clónicas, calcos del vecino de abajo, toneladas de rutina… ¿Quién dijo que ya no había ganadores? Nunca ha existido mejor estación germinativa para la semilla de los vencedores. Nadie deja pasar el tren, podría ser el último. Incluso si esa loca motora es conducida por el primer acólito hitleriano que hubiese accedido al puesto por ausencia de candidatos.
Me encuentro solo, decepcionado, aturdido… La vida me está arrinconando con su negra dama. Puedo sentir el jadeo de sus corceles color azabache sobre mi nuca. Mis, hasta ahora, verticales fundamentos se derrumban tras de mí a cada paso que doy. Las sesgadas fuerzas fácticas me vigilan, me amordazan, me inhiben. Y allí, a lo lejos, 8 casillas enfrente de mí, el regio soberano acentúa su maquiavélica sonrisa mientras una mano de dimensiones colosales se abalanza sobre mí:
¡JAQUE MATE!
Ricardo Ibáñez Pérez
Falleció en Caspe el día 10 de marzo de 2002, a los 29 años de edad
Sin haber recibido los Santos Sacramentos
R.I.P.
Sus apenados: padres, hermanos, abuelos, demás familia y amigos que nunca le fallaron
Al participar a sus amistades tan dolorosa pérdida ruegan lo tengan presente en sus oraciones y asistan al funeral “corpore insepulto” que por el eterno descanso de su alma se celebrará mañana, día 12, a las 10:30 horas, en la Ex-colegiata Santa María la Mayor de Caspe, y acto seguido a su inhumación en el cementerio municipal de la mencionada localidad, por cuyos favores les quedarán muy agradecidos.
Lo sentimos, Ricardo, por no cumplir con tu voluntad de donar tus órganos, de no recibir servicio católico y de ser incinerado, soltando tus cenizas en la ribera del Ebro. Esperamos que entiendas nuestro dolor desde el Más Allá y puedas perdonarnos.
Funeraria El Último Segundo
He de reconocer que mi humor es bastante macabro: ¡Encargar tu propia esquela!….Realmente he muerto, sí, al menos mi anterior yo. Ese yo negativo que me carcomía por dentro, que no me dejaba vivir aun sin vivir en mí, que me impedía dar lo mejor de mí a los demás…Aquí estoy para quien me necesite. ¡¡He vuelto a nacer!!
¡¡VIVE LA VIDA!! Es lo único que tenemos, al menos los que hemos desterrado el consuelo de una vida futura.
Mañana cambiaré mi esquela por el siguiente anuncio clasificado:
Cambio mi vida en el más allá (siempre plus ultra) por cinco minutos de ésta.
Bueno, mejor la dejo en usufructo, nunca se sabe con el de allá arriba 😉

